domingo, 2 de noviembre de 2014

El jerbo

EL JERBO
                                                                                                                                                                                      

Aunque este minúsculo animal es físicamente similar al hámster, con quien guarda un gran parentesco, necesita unos cuidados muy diferentes a los de sus semejantes.

Se trata de un ratón con mucho carácter que, cuando se siente mimado y querido, se comporta amistosamente.

Hace unos años era un auténtico desconocido y ahora lo podemos encontrar en millones de tiendas y hogares. En un principio era utilizado como ratón de laboratorio pero debido a sus asombrosas cualidades, ha ido calando hasta el punto de convertirse en uno de los roedores más populares en tierras norteamericanas.

Una casa particular para los jerbos
Su origen se sitúa en Mongolia, lugar de clima seco y paisajes desérticos. Estos curiosos antecedentes 

marcan sus necesidades y costumbres, muy diferentes a las del resto de su especie.

Un ejemplo claro es su lugar ideal para vivir, ya que las jaulas no son recomendables como alojamiento para este pequeño compañero, debido a que se dañaría la nariz con los barrotes y expulsaría toda la tierra al exterior, por su tendencia a escarbar.

Las peceras de cristal son los espacios más aptos para nuestro simpático amigo, ya que con una buena dosis de arena y unas dimensiones adecuadas, de aproximadamente de 30 x 60 cm, conseguiremos que se encuentre cómodo.

tres jerbos
Se recomienda cubrir el suelo con marlo de maíz; remedio eficaz para la absorción de las heces y la orina. Si no encuentras el marlo se puede usar viruta de álamo o incluso papel higiénico (que no tenga tintes ni olores), ya que el jerbo es un animalito que orina poco.

Su hábitat tiene que ser lo suficientemente amplio como para que puedan realizar ejercicios con una rueda.


Qué le hace feliz a estos roedores

La compañía es esencial para estos simpáticos roedores, ya que necesitan estar con alguno de sus semejantes y así sentirse acompañados en todo momento. Esto es debido a que en la naturaleza son animales que viven en clanes, es decir, siempre acompañados.

Por ello, hay que tener presente que los jerbos serán más felices si viven en compañía, con un mínimo de dos miembros hasta un máximo de diez jerbos.

Si optamos por tener una pareja y no deseamos que tengan crías, existen varias opciones posibles para tenerlos juntos. Una de las merores opciones es tener dos machos que sean hermanos, a ser posible de la misma camada. Si no son de la misma cámada, lo ideal es juntarlos cuando ambos sean cachorros.

Otra opción es tener grupos, de un macho y sus crías macho o de una hembra y sus crías hembras. Siempre es recomendable que se conozcan desde que son pequeños, en este caso el adulto aceptará a los cachorros porque los conoce desde cachorros.

No es recomendable juntar a dos hembras o a dos machos ya adultos, puesto que podrían producirse enfrentamientos al ser animales muy territoriales. La probabilidad de éxito es muy reducida, aunque no es imposible porque dependerá del carácter de cada jerbo.

Una dieta equilibrada para el jerbo

El jerbo es un animal omnívoro de base granívora, lo que significa que la base de su dieta ha de ser las semillas altas en hidratos de carbono. También unas pocas semillas grasas, como cacahuetes, y  proteínas (tanto vegetales como animales).
Las verduras deben comerlas regularmente pero en muy pequeñas cantidades, puesto que este tipo de alimentos no lo encuentran en su hábitat natural.

Decir también que los jerbos, en la naturalez, también comen insectos, así que cabe la posibilidad de darle algún grillo un par de veces por semana.

A nuestro amigo le encanta el agua pero no es recomendable utilizar recipientes de plástico, ya que su constante necesidad de roer todo lo que encuentra a su alrededor, le llevará a destrozarlo. La mejor forma de suministrarle la bebida es en un bebedero de botella metálico para ratones.

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